¿Qué te ha enganchado de esta ficción sobre vampiros?Me fascinaba hacer ciencia ficción, y también su historia: la lucha de dos chicos por su amor, contra todo e incluso contra sí mismos.
Es inevitable la comparación con la saga de Crepúsculo.
No la he visto. Aquí los protagonistas, Lucía [Lucía Martín Abello] y Raúl [Nicolás Coronado] son mestizos, mitad humanos y mitad vampiros. El mayor peligro de su relación reside en el padre de ella, un malvado ‘chupasangre’.
¿Qué vinculación tienes con ellos?
Leticia trabaja de terapeuta en el centro donde viven. Les ayudo a entender que son especiales, a controlar su necesidad de beber sangre y a superar las dificultades de su romance. De eso sé mucho.
¿En que sentido?
Alberto [Alberto Ammann], la pareja de Leticia, es mestizo, y ambos siguen adelante a costa de mucha renuncias y paciencia.
¿Qué tal trabajar con actores jóvenes?
Me encanta porque tienen el atrevimiento, la ilusión y la predisposición de mis inicios. Me recuerdan que no debo perder eso.
Uno de ellos es Nicolás Coronado.
Nos ha enamorado a todos. Es inteligente, respetuoso, educado. Y va a ser un fantástico actor.
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